Acordamos la nota para las cinco de la tarde, pero era uno de esos típicos días de marzo de mucha lluvia, truenos y alerta roja. Entonces decidimos llamar a nuestro entrevistado y confirmar el encuentro. Este diálogo telefónico nos sacó de la cama:
- Hola, qué tal, Ricardo?
- Nooooo nena, pero por favor te pido, así me dice mi vieja!! A mí llamame Elvis, Elvis de Villa Crespo!
Guau! Era lo que necesitábamos escuchar, si! Con nombre y apellido se nos presentó *El Rey de Villa Crespo*. En veinte minutos nos encontramos en una esquina con botas, paraguas, cámaras y luces, caminando por un Villa Crespo (de ahora en adelante VC), un tanto menos inundado que en otras épocas. Mientras tanto, excitadas comentábamos el lugar donde el propio Elvis nos dió cita:
- Nena, ¿y por qué no se vienen a la peluquería y arrancamos la nota ahí?
Para nada, no, Elvis no se dedica a cortar el pelo, a pesar de todos los rubros y servicios que cubre su local de la calle Acevedo que comparte con Graciela, su mujer, sino que religiosamente todos los viernes “Elvis se convierte en Elvis”. Justo ese fin de semana no tenía que dar shows, pero Elvis de VC no busca pretextos sino que cree que para honrar a su máximo ídolo hay que ser como era él: prolijo y cuidado en su estética.
Mientras le lavan el pelo, nos cuenta que nació en Malabia 477, entre Vera y Corrientes, y que al Rey del Rock & Roll lo conoció en pantalla grande cuando todavía existían los 3 cines del barrio: el Cine Rivoli, en Malabia y Av. Corrientes (hoy ahí hay un banco), Cine Mitre (hoy ocupa su lugar un supermercado en Acevedo y Av. Corrientes) y el Cine Villa Crespo (frente a la pizzería Nápoles, donde después de ver sus películas se cruzaba a comer una porción de muzza). En total, vio más de 30 de sus películas y repetidas veces para estudiar los pasos y verlo en acción. Pero hoy en día es muy distinto:
- ¡Claro! Vas a youtube y tenés información, prendés la compu y escuchás todo, antes no, todo era más difícil!
Después de 40 minutos Elvis ya está listo. A su impecable brushing Elvis style y manicure, lo completan un jean y una chomba color naranja que deja asomar un destellante E L V I S grabado en un collar de plata que mandó a hacerse especialmente. Intentamos seguir sus instrucciones, porque Elvis está en todo tipo de detalles, cuando nos pidió que las fotos se las sacáramos siempre de frente porque todas las que le tomaban a Elvis, el de EEUU, están sacadas así.
Saliendo de la peluquería nos invitó a su local que está hace más de 20 años en el mismo lugar. No es muy grande, pero es una especie de multiespacio donde su mujer trabaja como costurera, y donde él, además de atender los pedidos de flete, supo tener un taller de motos, y uno de moldería de zapatos (obvio que se hizo un par de “gamuza azul”). Pero lo que más llama la atención es la cantidad de objetos de colección, propios de un buen fan. Las paredes están cargadas de fotos, pero sobre todo se puede ver la historia de Elvis con Elvis. Los pasajes que lo llevaron a Memphis y a Graceland, camisas que cuelgan del techo de los shows del Elvis de VC y una que usaba el Rey cuando trabajaba en un local de electricidad. Para sus presentaciones, Elvis tiene dos trajes, ambos se los hizo su mujer Graciela, uno es negro y dorado y el otro es blanco y rojo. Hoy no los usa tanto porque hacer un show completo le sale caro, por eso amigos vecinos, Elvis se presenta en locales del barrio y eventos privados donde lo contraten.
Elvis tiene 68 años, aunque no los aparenta y hace más de 50 que imita al Rey del Rock. En los últimos años, al hacer sus shows más espaciados, los fines de semana descansa un poco y suele ir a su isla Graceland, ubicada en el Río Carapachay de la localidad de Tigre, en su lancha llamada “Elvis Presley”. BRAVO!
Terminando la nota, Elvis abrió el cajón de los recuerdos y nos mostró tesoros recuperados: fotos de cuando tenía 14 años cantando en el hotel Savoy y su papá con una inmensa sonrisa cerca del escenario, orgulloso de su hijo. Nos emocionamos. Después develó su secreta cábala para la previa a los shows: un perfume especial que usa y cuyo nombre obviamente no quiso revelar. Así fue, salimos impregnadas de aroma a Elvis y a Rock & Roll y caminamos bajo la lluvia incesante por nuestro barrio amado. Después nos sentamos en la escalera de un edificio, nos miramos y dijimos si! Claro!! con esta nota inauguramos nuestro diario.
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Texto: Marinha Villalobos