HACE SEIS AÑOS LA DISEÑADORA GRÁFICA JULIETA RACKET SE METIÓ DE LLENO EN EL MUNDO DE LA LANA Y EL TEJIDO EN UNA CADENA QUE VA DESDE LA SELECCIÓN CUIDADOSA DE MATERIALES NATURALES, PASANDO POR EL DISEÑO Y LA CONFECCIÓN A MANO DE CADA PRENDA.
Detrás de la puerta de un pasillo de PH villacrespense aparece Julieta Racket vistiendo un saco marrón con botones. Es de lana y le queda perfecto: es una prenda suelta, con cierto vuelo, pero a la vez se ve pesada, como si fuera de múltiples capas abrigadas. Pero no, es una sola pieza de lana, bien simple. No le sobra ni le falta nada. Así son las prendas de Nido: se confeccionan con materias primas naturales, con diseños minimalistas y salen de las manos -y las agujas- de tejedoras locales que aprendieron el oficio de sus abuelas.
Julieta es diseñadora gráfica y antes de dedicarse de lleno a las lanas tuvo un primer proyecto personal-artesanal que consistía en hacer fundas: para laptops, cuadernos, o cualquier otro objeto que se pudiera proteger objetos de uso cotidiano.
“Fueron una necesidad. Tenía ganas de ofrecer un producto y dejar un poco de lado el área de servicios”. Julieta iba a Once y compraba las telas que combinaba con singular encanto.
Más tarde Nido mutó. Fue a raíz de un comentario del padre que le contó acerca de unas cooperativas que trabajaban con lana en Rosario y Entre Ríos. Esa es la materia prima con la que empezó a trabajar con un grupo de tejedoras en Buenos Aires. Julieta pensaba los diseños y ellas lo llevaban a cabo. Todo el proceso es artesanal. La premisa es simple: son prendas clásicas y unisex. Julieta piensa qué es lo que le gustaría usar a ella, la paleta de colores. El repertorio de prendas incluye sweaters, gorros, guantes, mantas. Y también prendas de verano, de hilo de lino, por ejemplo. Pero es invierno y vamos a concentrarnos en las lanas. Julieta prefiere las que son sin teñir. De oveja, llama, alpaca, guanaco. Trae algunos ovillos y los pone sobre la mesa. Tienen una suavidad reconfortante. Y huelen a naturaleza, a campo, a tierra. El de oveja huele a oveja. Ella tira algunas puntas: “la lana de oveja es la básica. La de alpaca además de suave es impermeable, la de llama no se hace pelotita con el paso del tiempo. La lana teñida con cochinilla vira a rojo ladrillo o lila”.
La página web de Nido es en inglés y eso es porque la mayoría de los clientes son extranjeros. De Suecia, Japón, de países en donde hace frío de verdad. Les llama la atención el tipo de lana que viene de animales con los que no están familiarizados, como el guanaco y la llama. Para clientes locales hace prendas por pedido y las vende también en su showroom. Con el paso de los años Nido se fue expandiendo y Julieta lanzó una línea para niños y abrió las puertas de su espacio para que allí se dictaran talleres de tejido, telar, fieltro y técnicas de teñido.
A los talleres van vecinas de todas las edades, entre 20 a 60 años. Algunas son emprendedoras, otras simplemente quieren aprender un oficio o una técnica. En relación al telar, algo interesante es que es una de las tradiciones locales que aún subsisten y que en sus orígenes fue realizado únicamente por mujeres de la comunidad mapuche y también, en el Noroeste de la Argentina, las comunidades Tonocoté, Atacama y Calchaquí. “En la actualidad muchas comunidades del Noroeste aún practican este arte casi olvidado y mantienen vivas las costumbres de sus ancestros. Trabajan para mantener vivas sus artesanías, recrearlas y lucha contra la industrialización”.
Las campañas gráficas de Nido, que pueden verse en su página web y redes sociales, dicen mucho acerca de la estética del proyecto. Parecen puestas en escena, historias en las que no hay un principio ni un fin. Es como espiar los momentos de pausa en la vida cotidiana de las personas que aparecen fotografiadas. Para Julieta se trata de inventar el mundo alrededor de las prendas. “Armar el contexto de las prendas es como un juego”. Hay algo muy genuino ahí: la lana y todo el universo de Nido se arma de manera orgánica. En las fotos (y al tocar las prendas) se siente esa calidez artesanal. Julieta dice la palabra justa, austeridad: “Las cosas como son. Lo que está hecho, como está hecho, es lo que se muestra”.
EL CUIDADO DE LAS PRENDAS DE LANA
Nido es un proyecto que está en todos los detalles. Y por eso en su página web hay un instructivo acerca de cómo cuidar las prendas. Primer tip:
“La lana puede encoger, por lo que se recomienda una temperatura de 30ºC”.
LAVADO A MANO
Dar vuelta las prendas y dejar en remojo 10 minutos en agua a 30ºC usando jabón blanco.
Agitar la prenda con las manos y luego enjuagar y sacar el excedente de agua envoviendola en una toalla seca. Dejar secar sobre una toalla seca o estirada sobre un tender.
LAVARROPAS
Da vuelta las prendas y colocalas en una bolsa de lavado. Lavar con el ciclo “lanas” con agua a 30ºC. Dejar secar sobre una toalla seca o estirada sobre un tender.
PLANCHADO
Usar la plancha en modo “lana” y agregar agua para el vapor. Usar siempre el calor del vapor y si es necesario, usar también un pedacito de tela humedecido.
GUARDADO
Es importante que la prenda esté completamente seca antes de guardarse y que se proteja contra las polillas. Para esto son útiles los paquetitos con lavanda seca. No está recomendado usar naftalina.