¿QUIÉN HUBIERA IMAGINADO QUE ENTRE OUTLETS Y LOCALES DE ROPA PODÍA EXISTIR UN ACUARIO CON ESPECIES MARINAS Y ESCENOGRAFÍAS DE CORAL? SEMEJANTE LUGAR EXISTE Y SE LLAMA ESPACIO ACQUS. NOS SUMERGIMOS EN ESTE MUNDO DE PECES Y ARRECIFES AL ALCANCE DE LA MANO.
Entrar a Espacio Acqus, un acuario marino en plena zona de locales comerciales del barrio, es realmente cruzar un umbral hacia otro mundo: el de las profundidades del mar. Con techos altos, paredes blancas y mucho espacio con luz natural, este recinto es bien diferente a los acuarios que acostumbramos a ver en la Capital: hay peceras, sí, pero cobran un protagonismo tal dentro del espacio que cada especie de pez se luce como si fuera la reina del lugar y en el centro, una pecera enorme que aloja un arrecife de corales. El hipnotismo que ejerce es tal que es imposible no quedarse unos minutos parada observando lo que allí dentro sucede, que aunque parezca poco, es mucho. Una estrella de mar pegada al vidrio y los corales moviéndose al ritmo del agua, como si fuera un viento que las acaricia.
Mariano Sangiorgi está al frente de este proyecto que abrió sus puertas en octubre de 2017 y si bien es muy joven tiene un largo vínculo con el acuarismo que empezó, como le gusta decir en chiste, desde la cuna: “Mi papá empezó hace 50 años. No se dedicaba a esto, tenía una imprenta pero cuando se cansó de los avisos y de luchar contra los auspiciantes dejó todo y abrió un acuario a principios de los 70, en el barrio de Monte Castro. A partir de ahí siempre se dedicó a los acuarios, el segundo lo abrió el mismo día en que nací, un 2 de mayo del 74. Siempre hago el chiste de que nací en un acuario porque desde ese momento estuve rodeado de peces. De chico me encantaba ir al acuario, lo tomaba como un juego. Recuerdo tener 5 o 6 años y querer atender a la gente. Mi pasión por los peces viene de chiquito”. La familia Sangiorgi, encabezada por su padre, Juan Carlos, llegó a tener un total de cuatro acuarios, que con la crisis del 2001 tuvieron que cerrar y de los cuales subsisten hoy dos, el de Mariano y el de su hermano Luciano en Villa Ballester.
El desembarco en el barrio fue de casualidad. Mariano no conocía la zona y buscando por internet encontró este espacio del que se enamoró apenas puso un pie. El local era perfecto para el tipo de proyecto que imaginaba: un multiespacio donde se fundiera la decoración, las plantas (que es otra de sus pasiones) y el acuarismo marino en particular. “Para mi el concepto de acuario no es una pecera en tu casa con un pececito sino que el acuario toma un protagonismo dentro del ambiente, busco adaptarlo, que sea parte de la decoración. Los peces marinos visualmente son más lindos, más coloridos y vistosos y por eso tratamos de darles un contexto y que esa ventana al mar que representa el acuario esté integrada al ambiente”. Mariano pasa su tiempo diseñando estos espacios de manera armónica y en la página web hasta se lo ve con un traje de buzo metido dentro de una pecera gigante ocupándose del mantenimiento, que es otra de sus tareas.
EL MARAVILLOSO MUNDO DEL ACUARISMO MARINO
Según explica hay dos tipos de clientes muy distintos en el mundo del acuarismo marino que, aclara, es más costoso que el de agua dulce y requiere otro tipo de cuidados. El aficionado del acuarismo marino básicamente es un obsesivo, mete mano, le gusta que lo asesoren y aprender. Y para otros es un objeto de decoración. “El hobbista es un apasionado y al otro le encanta pero sólo visualmente”, resume.
Para los aficionados Mariano pensó una serie de cursos que empezó a implementar algunos sábados a lo largo del año. El germen de esta idea también fue herencia paterna. Su padre decía que el éxito en cuanto al negocio y a la expansión de este hobby es que la gente sepa lo que está haciendo: la única manera de no cometer errores y que los peces no se te mueran es aprendiendo. “Él siempre fue un divulgador, le gustaba dar clases, difundir el acuarismo. En su época, había muy poca gente que se dedicaba a esto y eran muy celosos de sus cosas porque eran criadores, mi viejo fue en contra de todo, fue presidente de una asociación de acuaristas, hizo exposiciones en la Rural. Si vos venís y me preguntás qué es una pecera podemos estar hablando horas porque me gusta que sepas qué es lo que vas a tener en tu casa. Los cursos y charlas nacieron de eso y también de ver en la gente la necesidad de aprender. Hoy con internet se tiene todo al alcance de la mano pero la información a veces no es tan exacta. Las charlas son un intercambio, en esto se aprende todo el tiempo. Se trata de compartir el conocimiento y las experiencias. Un acuario marino es algo que está vivo y está en constante crecimiento. Dos peceras nunca son iguales y podés hacer los mismos procedimientos pero nunca vas a obtener los mismos resultados.”
DESDE MARES REMOTOS
Todos los peces marinos son de arrecifes y por lo tanto, las especies que comercializa Mariano son importadas. Vienen del Indo Pacífico: Malasia, Bali, Indonesia, Fiji, Filipinas, Singapur. Y después Australia, Sri Lanka y el Mar Rojo. El promedio de vida es de un pez es 6 a 10 años siempre que estén bien cuidados y que las peceras estén armadas como corresponde. Entre las especies más populares está el pez payaso que se popularizó por la película “Buscando a Nemo”. “Todos quieren tener un Nemo en su casa. Muchas veces entran los niños buscando a Nemo y a Dory y se terminan enganchando los padres. Después está el afán por armar un acuario de arrecifes”, dice señalando una de las peceras principales del Acuario. “Eso es más complejo de mantener por la calidad del agua y la iluminación que se necesita pero es fascinante porque se reproduce. Teniendo una colonia madre puedo hacer esquejes y eso está en continuo crecimiento. Podés armar la decoración de tu jardín acuático a gusto”.
Por supuesto que existe una manera de imitar el agua de mar. Se prepara mezclando agua destilada o agua de ósmosis (que se genera con un equipo) y se compra una sal especial para agregarle. Mariano da más precisiones: la temperatura es de entre 25 y 27 grados, si se trata de un arrecife se necesita también iluminación: los corales son fotosintéticos y requieren luz en calidad y cantidad porque conviven con microalgas que les dan la energía. Todo tiene un por qué en el ecosistema, la roca que parece decoración es parte del filtrado, las algas sirven como filtro, el espumador (aparato blanco) es como el riñón del acuario. El conjunto es importante.”
En Argentina el acuarismo marino es un hobby de nicho. Sumado a eso, parece ser que hay muchos mitos alrededor del mismo. Por ejemplo que los peces traen mala suerte. “Sin embargo para la cultura oriental es al revés, es de buena fortuna. Nosotros los occidentales agarramos todo al revés”, dice Mariano. “Yo me involucro con el acuario en sí, es un ecosistema y lo que más me interesa es funcione bien. Te terminás encariñando con los peces porque son animales de costumbre y reconocen el momento en que les vas a dar de comer. La gente se encariña con ellos porque viven 10 o 12 años como toda mascota. Si se enferman se pueden tratar, pero si lográs que el agua esté bien, los peces van a estar bien y es muy poco probable que se enfermen”.
Espacio Acqus queda en Loyola 648.