
A pasitos nomás, en el barrio vecino de La Paternal, al que —debemos confesar— amamos casi tanto como al nuestro, hay lugares únicos con historias propias, y hay uno que, aunque ya tenía bien ganado un lugar en el ranking de los tesoros gastronómicos, muy recientemente tomó nueva forma con la apertura del salón, la esperada Cucha del Pari.
Si alguna vez pasaste por Batalla del Pari y Cucha Cucha seguro te cruzaste con la efervescencia de un rincón que se volvió un clásico: primero con su cocina improvisada y sus mediodías gloriosos, sus pop ups y panchitos en la vereda.
Y la espera valió cada segundo. José Juarroz, cocinero y charcutero de alma inquieta, lidera el corazón de este nuevo espacio, sumando la ayuda de Lucila Daffinoti y equipo, manteniendo la esencia de aquella veredita con mesas movedizas y espíritu comunitario. Si antes se esperaba con ansias el anuncio de “este sábado hay cocina abierta”, ahora la invitación es permanente, con un extra de refinamiento en la propuesta.
El espacio tiene un encanto especial: iluminación tenue en tonos naranjas para envolvernos en una calidez nostálgica, muebles vintage y, en el fondo, una colección de vinilos lista para musicalizar la noche. La vereda, siempre presente, sigue siendo el spot ideal para el disfrute chilloutero. Entre bocados, vinilos girando en la bandeja y copas de tinto ligero en la mesa, la noche fluye sin apuros. La música, cuidadosamente seleccionada, suena impecable en equipos de lujo y suma a esa sensación de estar en un lugar especial, de esos que no abundan.
Pero vamos a lo importante: la comida. La carta combina la identidad charcutera de José Juarroz con una selección de platos que incluyen carnes maduradas, fermentos y escabeches que se suman a los clásicos y deliciosas panchos y sanguches que hicieron historia en la cuadra. Participaciones como las de Fernando Mayoral, mago del tempeh, son parte de la carta.

Sin dudas el pancho sigue siendo la estrella indiscutida, con papitas, mayo de dijon y ketchup en un pan suave y esponjoso, pero ahora vale aventurarse un poco más. Se destacan las combinaciones que juegan con el picante, lo dulce y lo crocante en cada bocado. La carne madurada, con su textura suave y untuosa, viene acompañada por una lechuga crocante y un toque picante, y es de esos platos que te quedan en la memoria y justifican una nueva visita. Hay sándwich de milanesa con kimchi, escabeche de hongos, lechuga con wasabi, flat iron (punta de paleta) madurada en koji y carne de cordero al estilo de medio oriente. La milanesa napolitana, por su parte, brilla con una salsa que equilibra a la perfección el umami del kimchi y la suavidad del pan.
Sin dudas, la apertura y transformación de Cucha del Pari no solo regala a su barrio (¡y al nuestro!) un espacio de alto disfrute gastronómico, sino que reafirma su espíritu: comida honesta, gran ambiente y esa sensación de estar en casa, aunque sea la primera vez que cruzás la puerta.
Batalla del Pari 916
Martes a sábado de 18.30 a 01hs.
