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Foto del escritorAVC AMO VILLA CRESPO

@MONDOSALAMONE. ENTRE LA PAMPA Y VILLA CRESPO



Martín Aurand es vecino de Villa Crespo pero hace años su pasión es recorrer los pueblos de la provincia de Buenos Aires. En 2006 en un viaje a Azul se encontró con una monumental obra del arquitecto Francisco Salamone y desde entonces, recorrió toda la provincia siguiendo su obra y registrando sus hallazgos en 

@mondosalamone, en libros propios y en colaboraciones, y próximamente con una muestra en el barrio que inaugurará el 12 de octubre en Chimera.


Con Salamone como punta de un gran iceberg, Martín comparte su mirada sobre una época y sobre nuestro patrimonio, descubriendo y poniendo en la mira increíbles obras arquitectónicas originales que habitan toda nuestra pampa y que aún no fueron puestas en valor como merecen.  


Bueno, contame sobre tu vínculo con Villa Crespo. 

Vivo acá desde marzo del 2006. Siempre viví por la zona del Parque Centenario pero del lado de Almagro. Para mí fue todo un cambio venir al barrio, me acuerdo patente, fue la primera vez que sentí que me estaba apropiando del lugar en el que vivía, que no me había pasado nunca, y conecté desde un montón de lugares. Me acuerdo que venía de leer el Adán Buenos Ayres y conecté con Marechal y con montón de estímulos. Después ir al viejo San Bernardo... parar en la barra, donde terminé conociendo la revista. 


O sea que ya venías con algo de turista pero por Villa Crespo…

Como trabajaba en Turismo ya tenía bastante desarrollada la cuestión patrimonial y estaba muy manija con eso, y me pasó venir a Villa Crespo y me puse a investigar sobre la historia, la curtiembre, el Maldonado y toda la movida del barrio. Decir "éste es mi lugar", me pasó con Villa Crespo y me sigue pasando.


¿Seguís laburando en turismo?

No, trabajo digitalizando VHS, diapositivas y esas cuestiones. Laburé varios años en turismo especializado en la Ciudad de Buenos Aires, después cuando me aburrí del turismo hice otras cosas y después terminé con esto. Todo lo que tenga que ver con la imagen me copó siempre.


¿Cómo entraste en el mundo de Salamone?

Mi papá, que también es porteño, hace 20 años se fue a vivir al campo. Cumplió ese sueño que muchos dicen y se fue a vivir a un pueblo que está en el partido de Azul, en la provincia de Buenos Aires. Un verano que lo acompañé a Azul, donde a veces va a comprar cosas o hacer trámites, me quedé solo un tiempo. Fui a la oficina de turismo, año 2007, y me dieron un folletito de un tal Salamone con unas fotos que me parecían de ciencia ficción. No podía existir eso. Me fui caminando a la terminal y de ahí al cementerio (que para el que no conoce es el que tiene ese ángel enorme con el RIP gigante) y cuando llegué no lo podía creer. Y no había celulares súper inteligentes ni redes sociales ni nada, así que no tenía cómo chequear nada. Me quedé con el folletito y recién cuando volví a Buenos Aires pude googlear algo para tener un poco de idea.



¿Qué te pasó al encontrarte con esa obra monumental?

En ese momento me llamó un poco la atención, pero no es que dije "Ah, bueno, voy a empezar a difundirlo”. No como un amor por la arquitectura en particular. Fue más porque ya venía trabajando como guía en laburos que estaban vinculados con el patrimonio y con la difusión en la comunidad. Esto no era en la ciudad de Buenos Aires, pero yo siempre estuve conectado con la provincia porque toda la vida tuve parientes que vivían en el campo o en pueblos, entonces no era algo ajeno para mí ir a la provincia por algún motivo. Salamone hizo un montón de obra, y si la vas recorriendo vas recorriendo la provincia, que era lo que yo quería en realidad. Hacía un par de años estaba muy motivado con esta cuestión de organizarme para recorrer la provincia de Buenos Aires. Y esto me ayudó. A veces recorríamos algunos pueblos, cualquier cosa me venía bien, pero el hecho de encontrar el cementerio de Azul... desde ese día no pude ser indiferente. Frente a eso, te va a gustar o no te va a gustar, pero no podés ser indiferente. 


Qué bien que en Azul te mandaron a ver su obra, porque no está muy difundida, ¿o si?

Allá por el 2007 no existían ni los centros de interpretación ni nada (los centros de interpretación son como museo con la obra de Salamone, y actualmente hay dos o tres). Sin esto me hubiese llevado más tiempo encontrarlo. 


¿Así arrancaste la ruta de Salamone? 

Me acuerdo que el segundo viaje fue a Rauch, que está cerca del pueblo donde vive papá, porque él iba a comprar comida para las gallinas o algo re específico allá y era como "bueno, vamos”. Después en Sierra de la Ventana donde en ese momento tenía amigos. Ahí justo no hay obra pero en el partido de Tornquist sí, entonces iba y paraba en la casa de estos amigos.


¿Recordás las primeras fotos?

En 2007 justo tenía una cámara digital de las primeras y ahí le saqué unas fotos a contraluz, porque era a la mañana temprano y el sol salía por atrás del cementerio, entonces no fueron las mejores fotos, pero necesitaba registrar eso que era increíble, y también recuerdo volver y mostrarle las fotos a los amigos.


¿Ya entonces pensaste en hacer un registro o averiguar si había gente que ya había hecho la ruta Salamone?

No había manera de saberlo porque en ese entonces no había redes sociales, recién empezaba Facebook y lo que uno subía eran otras cosas. No sabía qué hacer muy bien con eso, entonces pasó un tiempo hasta que lo primero que se me ocurrió fue hacer un Tumblr. Empecé a subir fotos de las obras en los viajes y sin mucha información, nada más. Ahora uno dice "voy a hacer una cuenta de Instagram y voy a compartir árboles de Villa Crespo”, bueno, uno ya lo tiene re incorporado, pero en ese momento uno no sabía qué hacer con eso.

Ese mismo año justo hubo una muestra en el Centro Cultural Borges y de ahí salió un contacto de un grupo Yahoo (de nuevo estamos hablando de la prehistoria de las redes), que era todo de gente que estaba interesada en Salomone. Ahí un poco me cae la ficha de que estábamos todos atrás de Salamone y no éramos todos académicos. De hecho eran muy pocos académicos y mucha gente con distintos intereses. Había algo de la Academia dándole la espalda, algo que no cambió demasiado, y mucha gente especial, gente del turismo, gente con otras profesiones, entonces era un intercambio de información constante. Ahí empecé a escribirme con un arquitecto que lo investigó durante mucho tiempo, que vive en Mar del Plata, que se llama René Longoni. Hoy en día ya somos amigos y ya hicimos otros viajes, Es un arquitecto con una cabeza más abierta hacia la comunidad, a compartir el conocimiento y a que la comunidad también aporte lo suyo. Él ya tenía un libro publicado, lo fui a buscar a La Plata, y ese libro hoy en en día sigue siendo para mí de lo más confiable. Lo escribe a principios de los 2000 con otro arquitecto. Ellos venían relevando la obra de Salamone desde los 90, hicieron el trabajo municipio por municipio, porque hay un tema con Salamone, y es que el archivo personal y profesional no sobrevivió, por algunas cuestiones familiares seguramente, y entonces el laburo de hormiga que hicieron buscando planos, buscando alguna información en los diarios que dijera "esto lo hizo Salamone” y acá están los planos o acá está el proyecto (porque también hay muchos municipios donde se proyectó pero no se construyó). Bueno, es toda una cuestión, una obra tan original y le sumás que era un tipo tan misterioso. 


Contame sobre Salamone

Él nace en un pueblito en Italia, en Sicilia, se viene de chiquito, a los 5 años, con la familia. Y se instalan por acá, no en Villa Crespo pero cerca, por la zona del Cid Campeador más o menos. Y estudia en el Otto Krause  y después se va a Córdoba a estudiar en la Universidad Nacional de Córdoba. Ahí egresa con dos títulos, de Ingeniero Arquitecto, que era una carrera que existió durante un tiempo allá, y después de Ingeniero Civil. Empieza su obra en Córdoba se instala después en Valle Hermoso y ahí va a empezar con sus obras, eso se está descubriendo ahora, una vez por año por lo menos aparece algo, y eso es en un lenguaje mucho más colonial, mucho más lo que uno se imagina para esos pueblos.

En La Falda hay un hotel que aún existe, al que todavía tengo pendiente ir, el Parque Hotel. Después aparecieron algunas cosas en la ciudad de Córdoba. Después en Villa María va a ser la previa a que se haga famoso, ahí ya empieza a manejar un lenguaje más personal. Hace el matadero, que es enorme, súper art decó, la entrada parece la entrada de un cine, no de un matadero. Es preciosa y si no me equivoco hoy en día es el único matadero que no se modificó y que sigue funcionando como tal. También va a hacer la plaza, esto lo proyecta años antes de que arranque con la obra en la provincia de Bs. As. También en otro pueblo que se llama Las Varillas va a hacer una municipalidad que también ya va a ser una mezcla de lo que viene después.


¿Cuántas obras hizo más o menos? 

Son un montón, más de 60 en un montón de Municipios, y aparte casi todo es obra pública.Proyectos privados son muy pocos los que se conocen, seguramente hubo más, quizá algún día lo sepamos. Y de la obra pública, mayormente son mataderos, municipalidades y cementerios. Plazas también, algún que otro mercado, también hizo otras cosas (en los 30 por ejemplo él hacía unas caricaturas medio cubistas de personajes de la época, sobre todo políticos, muy graciosos).

Y la mayor parte se construye en aproximadamente cuatro años, entre 1936 y 1940, aunque el grueso lo hace en dos, casi tres años. Él de hecho tenía casi 40 años cuando empieza a construir en la provincia. Siempre remarco eso porque uno siempre se imagina que todo sucede cuando es joven, pero para mí también es consecuencia de lo que el tipo remó para llegar. Ya había hecho otras cosas. 


¿Fue en la Década infame, no? 

Si, y eso no ayudó a valorarlo, que esté tan marcada la Década Infame y que siempre el revisionismo se haya quedado en las cuestiones políticas a los gobiernos de turno para los que laburaban. Eso es otro mito, que él laburó directamente con el gobernador Fresco que lo contrató y que eran amigos o lo que fuere. Cada municipio tenía la libertad de contratar al profesional que más le convenía. Yo en ese sentido prefiero verlo a Salamone como un empresario que sabía venderse. Un hijo de inmigrantes que nació en Italia y vino muy chico, que como muchos inmigrantes se hizo de abajo y habrá tenido sus ambiciones como todos e intentó llegar lo más alto posible, sobre todo porque lograba hacer obras de ese modo. 

Hay otros arquitectos que sí trascendieron y que sí tenían conexiones con Fresco, pero manejaban otro lenguaje, entonces uno no los vincula. Yo creo que Salamone estaba interesado en poder laburar, en poder hacer su juego, un poco igual a lo que hacían todos los profesionales, pero tiene un lenguaje muy particular y que ellos pudieran construir en el lenguaje que quisieran habla también de una libertad implícita o no de la época.

Eran épocas difíciles y de nuevo, volviendo a la Década Infame, me interesa hacer el ejercicio de pensar que si bien tuvo sus cosas pesadas y que ya veníamos teniendo cosas pesadas en el país, pensemos también como estaba el mundo, entre fascismo y comunismo. Creo que la sacamos bastante barata con lo que podría haber sido, con lo que pasaba en Europa. Creo que en ese sentido más allá de las persecuciones, por un lado estaban los profesionales que construían y, por otro lado, desde el lugar político, hubo un cierto "dejar hacer" en esas cuestiones y sí hubo mucho hincapié en la obra pública, en el desarrollo del turismo social para las clases trabajadoras. Hay que ver de dónde sale el peronismo, Perón no apareció un día de la nada. Yo sé que es incómodo, pero hasta la estética que maneja Salamone está bastante emparentada con el peronismo. Lo más ilógico que escuché es que el gobernador Fresco tenía en su despacho una foto de Mussolini, por lo tanto, todo termina siempre en "Mirá los edificios, esto solo lo puede haber hecho un fascista”.

En Córdoba está documentado que él va a militar en la Unión Cívica Radical y en el Valle de Punilla, y se va a presentar a un cargo. Esto no quiere decir que el tipo haya sido el más radical de los radicales, pero lo que sí sabemos es que nada tiene que ver con el fascismo, menos en esa época. Después si el tipo se vinculó o no se vinculaba yo no sé.


¿Se demolieron cosas que hizo él con un sentido político? 

No, con sentido político no, y yo creo que también ayudó que la obra esté diseminada en pueblos, que son municipalidades y no pueden tirarlas y volver a hacer otras tan fácil, digo, en todos los casos fue una inversión muy grande para los pueblos.



¿Sabés qué impacto tenían sus obras en la gente en la época en que se contruyeron?

Me han llegado por seguidores fotos de época de familiares, se sacaban fotos ahí. De hecho me encantaría algún día hacer un libro de eso. Mi teoría, pero esto es muy personal, es que para los pueblos chicos y con las municipalidades más que nada, fue como un "la modernidad está acá. Está llegando al pueblo, cómo vamos a crecer”, como lo que vemos en revistas o en películas. Yo creo que lo vieron como algo positivo y aparte, las municipalidades, si bien son disruptivas, no me parecen algo tan terrible como puede ser un cementerio, que ahí ya lo podemos discutir mucho más, no? Las municipalidades hoy siguen pareciendo muy modernas y no tienen nada de oscuro. Quizás no son monumentales, pero por dentro también son muy modernas. Muchas se siguen usando con el mobiliario y las luces tal cual el primer día y todo sigue funcionando, eso es fascinante, más que nada en las municipalidades, que no es sólo la fachada, sino que el tipo las equipaba con luminarias y con mobiliario que encima, en la mayoría de los casos, no se repite. También hoy en día quizás se lo empieza a valorar más porque les terminó dando una identidad a cada pueblo.


¿Cual es su obra más popular? 

Hay un monumento muy lindo, el agua lo había tapado y ahora que la laguna bajó se ve, que es el matadero, que es para mí la obra más popular, sepas o no quien la hizo, porque en algún momento lo viste. En pandemia el Indio y los Fundamentalistas hicieron un video ahí en las ruinas de Epecuén. El matadero es lo más icónico seguramente y lo que pasó ahí fue que a mediados de los 80 se inundó Villa Epecuén que era una villa turística y que tiene aguas termales. Y el agua llegó hasta el Matadero, que si bien no está en la villa, está en una zona más alta, y tuvieron que cerrarlo y hoy en día hace un montón que está en ruinas. La gente se trepa y entra, a veces dejan un graffiti, es muy icónico pero a la vez un día no va a estar más. Ahí también tenemos otro conflicto patrimonial, que es no se sabe muy bien qué hacer con eso, si dejarlo en ruinas, por más que sabemos que es cuestión de tiempo que se caiga, o restaurarlo. El tema es que no se hace nada directamente. Yo cada vez que voy digo "no voy a volver más", porque ya me hace daño ir.



¿Hay una obra de Salamone acá en la Ciudad de Buenos Aires?

Sí, en la Avenida Alvear y Ayacucho. La firma ya se la robaron, pero sí, se sabe que es de él. Originalmente se decía que era de los años 50, pero para mí tiene que ser en paralelo a la obra de la provincia de Buenos Aires por el estilo.


¿Se siguen encontrando obras inéditas?

En la ciudad de Córdoba se hicieron por lo menos dos muestras con sus dibujos. Algún descendiente o alguno de los retratados me mostró obras, así que de eso también falta encontrar más, y son muy buenas. Estás en una búsqueda constante, por un lado no se hizo mucho por encontrar y por otro lado todo podría descubrirse. Eso te lleva a la obsesión, vas por todos los pueblos mirando abajo de las piedras. 

Siempre quiero aclarar que igual Salamone es la punta de un iceberg. Es lo más llamativo, pero en paralelo hubo mucha obra pública que se hizo con lenguaje moderno en la provincia de Buenos Aires y en Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Hay un montón de arquitectura muy original que la Academia sigue sin estudiar en profundidad. Mucha también está en pueblos, no en las grandes ciudades. Uno va a pueblos y dice "Ah, esto es re Salamone” pero es de otro del cual no sabemos absolutamente nada. Pero así tenés mucho con esa misma estética o muy parecida. En la provincia de Buenos Aires pasó que al principio hubo muchos "falsos Salamones"; decían esto es un Salamone porque era parecido, pero en realidad no.

Quiero darle voz a todos esos hombres que hicieron un montón de cosas que no se conocen y que me da bronca. Y yo no arranque antes porque pensaba que la Academia ya se había encargado, pensaba "cómo que me voy a meter yo que no soy arquitecto”, pero ya me lo tomé personal. 


¿Cómo sigue tu ruta?

Ahora en septiembre me voy a Santa Fe a empezar a colonizar. No tengo auto y todo se genera por vínculos y por seguidores de los que me hago amigo. Hace años me hice amigo de un muchacho santafecino, que es fanático de la provincia de Buenos Aires, así que vamos al revés. Siempre digo que intento evangelizar a la gente de que no se queden con la obra y eso de sacar la foto y seguir viaje, de hacer "lo porteño", sino quedarse y averiguar qué más hay, para recorrer las historias. Siempre que planteé los viajes a un lugar, no sé si voy a volver en mi vida a ese pueblo y entonces, bueno, vayamos a donde ustedes digan, comamos lo que ustedes digan, pasémosla bien acá y cuéntenme también las historias del lugar. Eso para mí es la excusa para hacerse amigos, conocer lugares, no? Porque si te quedas solo en Salamone y de nuevo volvés a la obsesión… para mí la obsesión es como los fanatismos, no te llevan a ningún lugar.


¿Cómo y dónde fuiste plasmando todos tus recorridos?

Hace años venía pensando en hacer un libro para también darle un cierre. En realidad al principio pensaba hacer un fanzine, una cosa bien modesta y lo que pasó en pandemia fue que me contactaron con un fotógrafo que también edita libros y además pegamos muy buena onda y le tiré la propuesta. Era el 2021 y me dijo "me encanta, pero me estoy yendo a vivir a México”. Aprendimos a manejarnos por videollamada y terminamos haciendo un fotolibro con casi 500 páginas, un libro de viaje que es un poco recrear mis viajes buscando la obra de Salamone y le agregué algo, que para mí era muy importante, que nunca veía en los libros o en las muestras, que tenía que ver con el entorno, con los pueblos, que es la gracia de Salamone, nuestra Pampa donde están esas obras monumentales. Pudimos hacer el libro y le fue muy bien.

Lo mío es muy federal, me di cuenta después de eso, que en realidad me encanta viajar por el país y andar relevando, difundiendo eso que no está tan visto, lo que te decía de darle voz a esos hombres que hicieron esas obras, que para mí son únicas y también hay lugares que están medio escondidos y que para mí vale la pena pegarse una vuelta por ahí. 


¿Hay algunas obras que te quedan por conocer? 

De la provincia de Buenos Aires lo que me quedaba la vi en el viaje donde surgió la idea de hacer la muestra, que es un Cristo en el medio de las sierras en un campo privado. Está hecho como homenaje a un accidente de avión donde mueren tres personas.


Contame de la muestra que va a ser ahora.

Inauguramos el 12 de octubre, van a hacer fotos mías y de Marianela, mi amiga con la que viajo a partir de la pandemia. Me hice amigo de Marianela gracias a Salamone. Ella me escribió porque quería hacer la ruta entonces ahí le pasé contactos y sugerencias y después nos juntábamos a charlar y nos hicimos inseparables. Todos los inviernos desde el 2021 nos tomamos una semana y vamos a viajar por la provincia. La muestra va a ser un tercio de Salamone y otro poco de la provincia y otro poco de quizá otra arquitectura.




¿Qué planes después de la muestra?

Me fue interesando salir de Salamone, de lo literal, que aparte como hay tantas cosas que no tienen respuesta, es ir abriendo el juego. Por ejemplo todas esas historias de los Cristos son súper interesantes. También estoy muy manija con ir a Santa Fe. Hay dos edificios por lo menos con los que sueño. También a veces es como un auto flagelo, porque empezar con los pueblos, contactarme con la gente, que te miren raro y explicarles que eso tiene mucho valor pero que a la vez no van a ir turistas de un día para el otro… Y después lo que tengo como sueño es empezar a hacer libritos con arquitectura de otras provincias, por provincia.Hay un montón de personajes increíbles y arquitectura que la ves y no lo podés creer.

Esto es algo que ya me fascinaba de la provincia antes de conocer a Salamone, que tiene que ver las construcciones medio bizarras. La provincia está llena de monumentos que no tienen sentido, que parece siempre como si fuera un esfuerzo por romper la estatura de la llanura. De Salamone hay un montón de monumentos, que igual están en el libro y que son fascinantes, pero para mí era mezclar esos dos mundos. Después lo que sí hice cuando empecé a recuperar plata con los libros, pero ya no podía reimprimir porque los precios se habían ido al demonio, el precio del papel, etc., hice otro librito más chico solo de la provincia, el lado B del otro.


Como vecino villacrespense, qué opinás de los problemas patrimoniales, de todo lo que pasa con la destrucción masiva del patrimonio?

Lo del Código Urbano es un tema escabroso. Me duele un montón,  Lo veo día a día, yo vivo en Lavalleja entre Warnes y Camargo, y ahora salgo para ir a tomarme el subte o el bondi, y hay obra, obra, obra, obra… Hace años que me despierta una obra a la vuelta en Camargo. Y ya no tiene que ver con una nostalgia tanguera de decir "No, el barrio ya no es lo que era”Te quitan sombra bueno en verano, hay cortes de luz, empeora la calidad de vida de todos. Después de la pandemia también cambió un montón. Lo de los cafés, es algo que como porteño te deja medio en el aire. Sí, estuvo bueno, pero ahora hago tres cuadras y todo es un café, cuando antes de la pandemia tenía que caminar 10 cuadras. Ahora tengo un café en la esquina, en diagonal tengo otro, ya no sé cuántos cafés de especialidad que encima abren y ni me entero, y decís todo esto no es necesario, ni está mejorando nuestra vida en absolutamente nada, no? Se piensa en eso? para nada, no?


Esto que te pasa con la provincia también es porque vas conociendo la calidad de vida de las afueras, por decirlo de algún modo?

Estoy un poco en contra de romantizar la vida en el campo. Me encanta la provincia, vuelvo, pero siempre me reconozco primero como porteño. A mí me gusta viajar, pero siempre estoy pensando en volver al barrio, en volver a mi café, en volver a mis amigos. Yo soy un porteño de pura cepa, me encanta mi país. Me encanta viajar por mi país y lo disfruto, pero hay algo que tiene la ciudad. El día que encuentre un lugar fuera de Buenos Aires que lo tenga, quizá evalúo mudarme.e sumás que era un tipo tan misterioso.


@mondosalamone.  La muestra inaugura el 12 de octubre en Chimera, Tres Arroyos 402.

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