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Por María Sol Aliano*

¿SABÍAS QUE ESTÁS PISANDO UN ARROYO?


¿Alguna vez se preguntaron por qué tantas zonas de Buenos Aires se inunda(ba)n? Debajo nuestro hay una red fluvial natural, un conjunto de cuencas que interactua(ba)n entre sí y sobre las cuales se construyó la ciudad. 

Y como en este número de AVC la consigna es soñar, y soñar fuerte, nos preguntamos, ¿qué pasaría si esa red subterránea se liberara? 

Una ciudad atravesada por ríos y vecinxs tomando mate o birra alrededor de ellos. Hermoso, ¿no? Sí, la idea es una locura. Pero una locura digna de soñarse. Con casi seis meses ailsadxs en nuestras casas por una enfermedad zoonótica, pensar que podemos seguir avanzando sobre la naturaleza a como se nos dé la gana raya lo suicida.

Como tantas ciudades y áreas urbanas, Villa Crespo se desarrolló al lado de un curso de agua, el Arroyo Maldonado en este caso. La cercanía a este arroyo facilitó la instalación de una gran fábrica que descargaba allí sus desechos industriales. Primero la industria, después las casitas de lxs obrerxs y así se fue formando el barrio que amamos en parte sobre las planicies de inundación del cauce, que son las áreas a sus costados que el agua ocupa cuando hay una crecida. A los desechos industriales se le sumaron los domiciliarios y comerciales. Todo esto convertía al arroyo en un gran problema más que en una postal pintoresca. Y frente a este problema, la solución encontrada fue entubarlo y taparlo. Probablemente haya sido la medida más razonable en ese tiempo y espacio, pero la pregunta es qué hacemos ahora que tenemos más herramientas, conocimiento e información.

LA EXPERIENCIA COREANA

Eso mismo se preguntaron en Seúl sobre el Río Cheonggyecheon. Para conocer más sobre esta historia y otras hablamos con Martín Civeira, ingeniero civil y especialista en el tema (pueden seguirlo en su instagram @arroyoslibres). La historia de Seúl es muy parecida a la de muchos ríos. Instalación de fábricas. Crecimiento urbano alrededor sin ordenamiento territorial. Contaminación. Proliferación de vectores de enfermedades. Inundaciones. Problemas que encontraron su solución en el entubamiento (¿les suena?). Esto sucedió en la década de 1950, y hasta llegaron a construirle una autopista encima tiempo después, pero a principios de este siglo la idea de recuperar el río empezó a resonar en la comunidad. Y resonó tanto que se materializó en la decisión gubernamental de desentubar y restaurar 6 km de este cauce que hoy disfrutan sus habitantes. 

Lo que ocurrió en Seúl está en un extremo que por sus características particulares puede resultarnos tan bello como imposible. Pero Martín nos cuenta que hay experiencias intermedias. Ciudades donde destaparon 50, 100, 200 metros de tramos de ríos entubados. Un proceso cada vez más presente en otras partes del mundo (un artículo publicado en Elsevier en 2018 recopilaba información de 150 casos). Aunque parezcan pequeños, estos tramos liberados ayudan a mitigar inundaciones y a reducir la temperatura a su alrededor, conectan a los vecinxs con la naturaleza y generan espacios de cohesión social.

SOÑAR DE CARA AL FUTURO

Entonces, ¿cómo seguimos? ¿Ponemos punto de encuentro, día y hora para empezar a romper el asfalto para liberar el Maldonado? Aunque en un rapto de locura ganas no me faltarían, no creo que sea el camino. Sí es preciso plantear que las estrategias de entubar y tapar cursos de agua tienen que dejar de considerarse como la (única) solución. Desarrollarnos contra los ritmos de la naturaleza nos trajo a un presente bastante hostil; ya estamos en condiciones de cambiar estos paradigmas. Estrategias basadas en la naturaleza, ése es el camino. 

Y finalmente, ¿por qué no?, animarnos a pensar si por haber sido la mejor decisión hace 100 años continúa conservando su vigencia y razonabilidad en el presente y de cara al futuro. Los tiempos y contextos pueden cambiar. Si surge una mejor opción, hay que ponerla sobre la mesa. Discutirla juntxs. Reformular cuanto sea necesario. Planificar. Permitirnos soñar otra ciudad. Defender el derecho a la ciudad y su disfrute para todxs. Porque la pandemia pasará y las calles y espacios públicos volverán a ser de todxs. 

**Había cerrado este artículo cuando una coincidencia hermosa sucedió y  ameritó actualización: Fernando Bercovich escribió sobre esto mismo en Cenital.com. ¿Será sólo una coincidencia o que muchxs empezamos a ver esta idea como parte del futuro que queremos? En cualquier caso, les recomiendo su lectura (y la suscripción a su newsletter que les alegrará cada viernes).



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