*Matías Reck es editor de Milena Caserola, con sede en gurruchaga 440.
1. Ver el San Ber
Paul Valéry decía que el mejor lugar (o quizás el único), en París, para no ver la torre Eiffel, es la torre Eiffel. Con la Usina Cafetera pasa lo mismo. Voy todos los mediodías a comer el menú del día, muy recomendable. De allí puedo contemplar Migliorisi, La Catalana y allá a lo lejos, a mitad de cuadra, el querido San Ber.
2. Kasher, le pesaj y no tanto
Quizás muchos no lo conozcan. Advierto que no es una pista de patinaje sobre Hielo. Aliweiss es uno de los primeros, mejores y auténticos almacenes de comida judaica. Mi abuela, la oma Rosita, me contaba que iba a comprar todo lo necesario para pesaj. Yo voy algunos viernes para llevar Babaganush y un poco de pastrón. A veces voy al local de comida oriental ubicado en Camargo y Gurruchaga. Me divierto y como rico en Ruts Catering y saludo el crecimiento de El Chiri. Antes iba más a La Crespo. Shabat Shalom.
3. Iglesia, Joyería y plaza
Llegando a la esquina de Castillo y Gurruchaga se encuentra la imponente y bella Iglesia de San José, si tienen suerte podrán escuchar el sonido de las campanas y si tienen más suerte se podrán comprar una joya contemporánea en Siete de autor, pero si realmente la quieren pasar bien, vayan a jugar con sus hijes a la plaza que tiene entrada por Gurruchaga y salida por Serrano o viceversa. Desde que nació m´hijita la llevamos a ese espacio lleno de murales, juegos, plantas, bibliotecas en cajones de verduras, rampas y un gran árbol que ya no está.
4. La office, archivo y pasión
Desde la época que mi abuelo, mi viejo, mi tío y Cristina trabajaban el cuero yo escucho hablar de “los locales de la calle Gurruchaga” y del bar de Jesús. El barrio cambió, ya no hay tantas curtiembres, te podés cruzar a Naty Peluso caminando por Humboldt y el bar de Jesús no existe más. Llegué a conocer el bar del hijo de Jesús que ya tampoco existe más. Pero sí, el edificio de la calle Gurruchaga 440, donde, en el 2do piso están las oficinas de la editorial Milena Caserola, la sede de CRIA, el archivo de libros independientes y fanzines que lleva adelante Strucchi hace mil años y el depósito de Pupek, la mejor editorial para las infancias. Pasen y lean. Con cita previa al 1134857665.
5. Ruth, Imprenta Dorrego y más allá la inundación
Vas por Velazco y llegás a Ruth Benzacar, entrás a chusmear una muestra y te preguntás por qué no hay más kiosquitos de venta de libros y revistas de arte en la ciudad. Llegás a Dorrego y cuando cruzás Velazco se transforma en Guevara, te sentís un revolucionario. Pasás por la imprenta a ver alguna prueba de galera y charlas con Mariano, Fabi o algún otro, tal como lo hacés hace 25 años. Sí, desde 1998 imprimo en Imprenta Dorrego, llegué de la mano de Venturini y de Maradei. Vuelvo por Vera, cruzo el arroyo Maldonado y me voy por Villarruel donde viven los papás de Andy. Vuelvo a Gurruchaga.
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